Estoy convencido de que todos podemos ser maestros de algo, porque todos tenemos una serie de talentos y motivaciones que nos permiten ser competentes en tal o cual cosa. Una vez que descubrimos y nos sumergimos en esa tal o cual cosa, el tiempo se nos pasa volando porque estamos en nuestra salsa o, como diría Ken Robinson, porque estamos en nuestro Elemento. El Elemento es el punto de encuentro entre las aptitudes personales y las inclinaciones personales. Cuando las personas están en su Elemento, establecen contacto con algo fundamental para su sentido de la identidad, sus objetivos y su bienestar. Experimentan una revelación, perciben quiénes son realmente y qué deben hacer con su vida.
Los docentes debemos jugar un papel protagonista para facilitar que nuestros alumnos descubran su Elemento. Y aquí es donde aparecen las experiencias cristalizadoras, que son el interruptor que activa nuestros talentos (inteligencias) y supone un momento crucial para su desarrollo. Normalmente se producen en la infancia, aunque pueden aparecer en cualquier momento de la vida. Veamos el caso de Bart. A los 6 años era capaz de caminar sobre las manos, lo que le convirtió en un pequeño show-man para familiares y amigos. Poco a poco fue mejorando y consiguió subir y bajar escaleras con las manos. Su madre podría haberle increpado cada vez que mostrara su habilidad, en plan: ¡Deja de hacer monerías y ponte a estudiar! Pero, en vez de ello, cuando Bart cumplió 10 años, dio permiso a su profesor de educación física para que lo llevara a un gimnasio. Cuando Bart entró en el gimnasio, repleto de cuerdas, paralelas, trampolines y un sinfín de cosas más, se quedó sin aliento. Como él mismo explicó, era como visitar el taller de Santa Claus y Disneyland al mismo tiempo. Esto fue una experiencia cristalizadora que marcó un antes y un después en su desarrollo personal. ¿El final de la historia? Bart Conner fue campeón de Estados Unidos, campeón nacional universitario, campeón de los Juegos Panamericanos, campeón mundial, ganador de la Copa del Mundo y ganador de dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84.
Por tanto, las experiencias cristalizadoras son necesarias para descubrir nuestro Elemento y nosotros, como docentes, debemos proporcionar a nuestros alumnos el máximo número posible de este tipo de experiencias. El objetivo de este blog no es otro que el de recopilar un buen puñado de ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario